Estos últimos días estoy escuchando a pediatras decir que el confinamiento ha hecho aumentar entre un 5% y 7 % el peso en niños y que esto equivaldría a 2 kg de grasa. Es verdad que estos meses se ha visto limitada nuestra calidad de vida y salud, pero si llevas una alimentación mayoritariamente saludable como hábito, quizás no habría que hablar de estos datos ni de otros, con los que se están relacionando.
Y es que la alimentación infantil y adolescente no está mejorando, el “Informe Pasos” acaba de reflejar que nuestros niños y adolescentes entre 8 y 16 años, el 34,9% tiene sobrepeso y obesidad.
Estos meses de encierro en casa, nos debería servir entre otras cosas, para darnos cuenta de que alimentarse bien, no solo tiene que ser por una cuestión estética, debemos comer todos bien en casa para sentirnos bien y fuertes, por lo que pueda venir y que el ejercicio como puede ser, salir a andar y que hemos echado tanto de menos, deberían formar parte de nuestro día a día, por salud pura y dura.
Como padres, lo que el niño tiene en su plato es decisión nuestra, aunque a veces nos dejamos influir por el marketing sobre alimentos menos saludables, que además van enfocados a la población infantil. Intentemos que no sea así y convirtámonos en consumidores críticos,con lo que nos quieren vender.
España se sitúa a la cabeza de la lista de países europeos con mayor índice de obesidad infantil, de hecho ocupamos el 4º puesto en niños, de entre 5 y 10 años y el segundo en niñas de la misma franja de edad.
En Occidente nos encontramos ante una epidemia de obesidad, ante problemas crónicos de salud, como el síndrome del colon irritable, estreñimiento, colesterol alto, insomnio y problemas emocionales, como la depresión y la ansiedad. Nadie reconoce que hay que hacer un cambio radical en la dieta, para poder arreglar estos problemas, ¿por qué la nutrición no se ve para esa finalidad y no meramente como un instrumento para querer perder peso?.
El 95% de los adolescentes que sufren sobrepeso y obesidad, no sigue ningún tratamiento. El 80%, llegarán a ser adultos obesos, la obesidad se relaciona con 13 tipos de cáncer.
El incremento de la obesidad infantil, se traduce en obesidad adulta ,enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2. Y ya nos están avisando los estudios médicos, que alcanzar la adolescencia con sobrepeso y obesidad, es un factor que ya afectaría a la salud, durante toda la vida.
Tenemos que mentalizarnos de que tenemos que cuidarnos por salud. En casa tenemos que ser el espejo en el que nuestros niños se vean reflejados. Dar importancia a los alimentos que llegan a nuestras despensas, que sean sobre todo vegetales, frutas, cereales integrales, proteínas y grasas saludables. Estas últimas, las encontramos en el pescado, en los aguacates, frutos secos, semillas y en nuestro aceite de oliva. Tener lácteos de calidad y que el agua sea la mejor bebida que podemos consumir.
Cuando los adolescentes empiezan a salir con sus amigos más a menudo, aumenta el consumo de comida basura a dos y tres veces por semana, si a ello le sumas el tener malos hábitos en casa, y el sedentarismo, todo empeora.
El dar ejemplo en casa es esencial, para instaurar hábitos desde pequeños.
Según las estadísticas, un 31,7 % de los niños desayuna bollería industrial, un 23 % come en un restaurante de comida rápida, al menos una vez a la semana. Solamente un 15,9% de la población infantil y juvenil, declara consumir al menos 4 raciones de fruta y verdura al día. Con este panorama nos tendría que dar por pensar que soluciones aportar.
La dieta mediterránea es la mejor que tenemos a nuestra mano y los niños deben conocerla y ponerla en práctica con nuestra ayuda desde pequeñitos, porque eso hará más fácil que la sigan el resto de su vida de adultos. Que sepan la importancia del consumo de hortalizas y frutas, cereales integrales, etc. Llevamos algo más de una década abandonando por desgracia esta dieta mediterránea nuestra , y cada vez seguimos más la dieta occidental ,que debemos saber que es más rica en grasas, azúcares y calorías y por desgracia es más barata.
Es importante que nuestros hijos vean en los platos, comida variada, colorida, sabrosa y saludable, lo que caracteriza nuestra dieta mediterránea. Y así tendremos un plato cargado de importantes nutrientes. Ejemplo de ello es el famoso plato de Harvard, que estaría genial enfocarlo a toda la familia. (la mitad del plato debería ser verduras, un cuarto proteína y el otro cuarto carbohidratos).
Lo único que será diferente, son las cantidades y que suele venir relacionadas con el tamaño de la palma de la mano de cada persona. La palma de la mano en un adulto, no es igual que la de un niño. Ese será el referente en cuanto a cantidad. Si se sigue el método de la mano para preparar un plato, tendríamos lo siguiente para cada una de las dos comidas principales del día: verduras (las dos palmas de nuestras manos juntas), fuente proteíca (palma de la mano en tamaño y grosor sin contar los dedos), cereales cocinados (tamaño del puño cerrado), grasas (una cucharada sopera). A parte en casa todos deberíamos consumir algo de lácteos, agua, frutas y verduras. Cuanto mayor es la ingesta diaria de frutas y verduras, menores serán las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, en comparación con aquellas personas que prácticamente tienen una ingesta muy baja de frutas y vegetales.
En resumen, para introducir a los niños en los hábitos saludables alimentarios, lo primero es tener paciencia con ellos, cuanto antes empieces, desde bien pequeñitos, más fácil será.
Poco a poco irán conociendo lo que es más saludable y lo que no, teniendo en cuenta que estos últimos son hiper sabroso para ellos, porque están fabricados especialmente para gustarles. A los niños les llenamos el paladar de sabores intensos cargados de azúcares, es necesario ir reduciendo progresivamente la cantidad de azúcar, para que su paladar vaya acostumbrándose, por ejemplo puedes ir sustituyendo el colacao/ nesquik en casa, por cacao puro con algún endulzante.
Explicarles el porqué tienen que comer bien.
Hazles partícipes a la hora de hacer la “compra” ,te sorprenderán sus preguntas cuando estén delante de un producto y quieran saber si es saludable o no, lo considerarán como un juego y se terminan convirtiendo en unos auténticos detectives de supermercado, buscando lo saludable. Mis hijos cuestionaban ya hasta los anuncios en la tele preguntando, si “eso era tan sano como lo decía el anuncio”.
Prepararles comidas riquísimas que creas que le van a gustar, todo tiene su versión saludable, pizzas, lasañas, pasta integral o de legumbres, empanadillas, donuts, galletitas.
Es necesario fomentar lo saludable la mayor parte del tiempo, y por supuesto que los niños van a cumpleaños y fiestas infantiles, donde por desgracia suelen abundar las chuches y los productos procesados. Pero, volvemos a lo más importante “Comer todos igual de sano en casa, es esencial”, para fomentar su salud presente y futura. Ello supone una inversión para ellos y seguridad en tí.
Con ésta intención, se prepararán talleres desde MIMA TU ALIMENTACIÓN para niños, papás y mamás.